Las cookies que cayeron del cielo.

"It's peanut butter cookie time!"

Hay que ver lo que pasa cuando nos empeñamos en que algo no nos gusta, o no nos va a gustar. Ese empecinamiento que hace que nos perdamos cosas tan geniales, o sabrosas. 
Hoy traigo un ejemplo claro de ello.

Hace unos meses encontré una receta perfecta para obtener unas cookies de esas que no rompiesen dientes al morder. El ingrediente principal era la mantequilla de cacahuete y aunque nunca la había probado, la compré y como tenía curiosidad, metí la cuchara esperanzada pero me llevé un chasco con su sabor.

Decepcionada, la metí en la nevera con el fin de que se conservara por si me daba por usarla (cosa que realmente dudaba), pero tres meses después y en un claro estado de bloqueo reposteril me dije: "¿Por qué no?"

¡Bendita la hora en que me hice esa pregunta!
Jamás había probado unas galletas así, es decir, no se han convertido en mis favoritas, pero han conseguido arrebatar el segundo puesto a las galletas de triple chocolate (receta que aún tengo pendiente por subir).

Receta de Objetivo Cupcake, un pelín adaptada a mi gusto. 

Cookies de Mantequilla de Cacahuete y chips de Chocolate.

• 115 gr. de mantequilla (temperatura ambiente)
• 140 gr. de mantequilla de Cacahuete.
• 160 gr. de harina.
• 100 gr. de azúcar moreno.
• 50 gr. de azúcar blanquilla.
• 1 huevo L.
• 1/4 cucharadita de bicarbonato sódico.
• 1 cucharadita de extracto o esencia de vainilla.
• Chips de chocolate.

Tamizar la harina junto al bicarbonato y reservar.

Mezclamos mantequilla con los dos tipos de azúcares hasta obtener una mezcla cremosa. Agregamos el huevo, la vainilla y por último la mantequilla de cacahuete. 

Añadimos la harina y mezclamos lo justo para que se integre con la crema anterior, para mezclar las chips de chocolate usamos una espátula. 

Hacemos bolas ayudándonos con una cuchara y las ponemos sobre una bandeja que nos quepa en el congelador. Refrigeramos de 30 a 60 minutos. Los últimos 5 minutos de refrigerado los aprovechamos para precalentar el horno a 180º por arriba y por abajo.

Llevamos las galletas al horno y las dejamos de 8 a 13 minutos, el tiempo varía dependiendo del tamaño de la galleta. 

Yo, por ejemplo, hice bolas medianas tirando a grandes, por lo que el tiempo que las dejé fue de unos 18 minutos aprox.

Pasada la cocción, las dejamos enfriar sobre la bandeja de 10 a 15 minutos, y luego las pasamos a una rejilla.

¿Cómo describo estas galletas?

Pues bueno, al morder encuentras el toque crujiente de la parte exterior, sin embargo el interior está blanditooo y jugoso, y tiene ese saborcito a cacahuete y vainilla, y las chips de chocolate ya acaban de engancharte.

Vamos, que una vez pruebas estas galletas te dan ganas de coger la tanda entera, meterla en un tarrito, esconderte con ella y decir mientras les pegas bocados: "Mi tesoroooo" (con voz de Gollum, para darle un toque más películero).

Espero que os gusten mucho estas galletas... bueno, no lo espero, SÉ que os van a gustar y no vais a poder parar de hornear. Todos los días, a todas horas (igual parece que exagero, pero ya veréis...)

Voy a ver si me quito el bloqueo repostero y qué subo la próxima.

¡Un beso!

Sara.

Blue Crystal Meth Mini's.

Hoy os traigo unos minicupcakes con Cristal azul, o meta azul, como prefiráis llamarlo.

Y no, no me he vuelto loca. Va en serio.

...

Bueno va, no es en serio del todo, los cristalitos no son más que sprinkles rebozados en colorante azul, y es que como buena seriéfila, quería hacer algo en homenaje a esta gran ficción, puesto que el domingo "Breaking Bad" dio por finalizada su emisión con un capitulo épico.

No se me ocurría mejor forma de homenajear a los cocineros Mr.White (aka Heisenberg) y Pinkman de otra manera, así que aprovechando mi última adquisición (una máquina de hacer minicupcakes) me puse a cocinar. 

No usé ni un mono amarillo, ni una máscarilla, ni usé metilamina y mucho menos me encontraba en una caravana (los que hayan visto la serie sabrán de qué hablo), pero conseguí la fórmula perfecta para que me salieran siete minicupcakes. Ni 24, ni 36 (cosa que pasa con la mayoría de recetas) solo 7.

Minicupcakes de Chocolate. (7 minicupcakes)

• 1 huevo S
• 37 gr. de azúcar.
• 30 gr. de harina.
• 25 gr. mantequilla.
• 10 gr. cacao en polvo sin azúcar.
• 20 ml. de leche.
• 1/4 cucharadita de levadura.
• Unas gotitas de extracto de vainilla.

Como siempre lo primero que tenemos que hacer es poner las cápsulas en el molde y precalentar el horno a unos 180º.

Tamizamos los ingredientes secos en un bol: harina, cacao y levadura, y reservamos.

En otro bol mezclaremos la mantequilla y el azúcar hasta que quede una pasta bien homogénea. 
Cuando hayamos alcanzado el punto, añadimos el huevo y volvemos a batir hasta que se incorpore.

Llegados a este punto añadiremos la leche con el extracto de vainilla, mezclaremos de nuevo e iremos añadiendo poco a poco la mezcla de ingredientes secos que teníamos reservada.

Cuando tengamos nuestra masa preparada, llenamos las cápsulas 2/3 y las llevamos al horno durante unos 15 minutos, pero recomiendo usar la prueba del palillo para asegurarse de que la cocción está completa.

Como siempre cuando los saquemos, los dejamos enfriar unos 4 minutos en el molde y luego los ponemos sobre una rejilla.

Mientras se enfrían, en mi caso aproveché para preparar una crema de nata extra-firme, os dejo el enlace que os conducirá al vídeo dónde se explica el procedimiento a la perfección.

Como podréis observar no me quedó muy firme, pero fue porque me daba miedo que se me cortara la nata de tanto batir, y es que es una de las cosas que más me frustran. 

Para darle el toque Heisenberg, usé unos sprinkles ya de por sí azules, y los rebocé con un par de gotas de colorante azul en gel para darles más intensidad.

En fin, como digo siempre, espero que os guste la receta y si no queréis hacer minicupcakes para dos equipos de fútbol, esta receta es la ideal. 

¡Un beso!










Estoy enlazando esta receta a la Fiesta de enlaces nº35 de Personalización de Blogs.

Vuelvo y con una receta de pecado.

¡Hoooola!
¿Que tal va todo? Yo al fin he podido organizarme y a partir de ahora ya voy a actualizar más asiduamente peeero con un ligero cambio.
No sé si habréis caído en la cuenta de que el diseño del blog no es el mismo, y tampoco lo és el título. "Dulces para Novatos" se convierte en "Salt & Sugar", y es que, este titulo y todo lo que conlleva me permite ampliar el abánico de recetas con el que rellenar el blog, lo cual da más posibilidades.

Pero bueno, a lo que voy, con la de tiempo que llevo sin publicar receta no voy a enrollarme más y ¡al lio!

Hace un tiempo encontré la famosa tableta de chocolate valor con trocitos de crujiente de dulce de leche. En el momento la compré para hacer unos cupcakes, así que la guardé porque después de probar un trozo, otro vino detrás y cuando quise darme cuenta había desaparecido un cuarto de tableta, así que la guardé a buen recaudo hasta que llegara el día. Y llegó, pero en vez de unos cupcakes, opté por unos muffins. La receta está adaptada de Tu Medio Cupcake, que a su vez, la adaptó de Alma. 
¡Adaptación al cubo señoras y señores!

Muffins con trocitos de Chocolate con crujiente de Dulce de Leche. (6-8 Muffins)

• 1 Huevo.
• 140 gr. de Chocolate Valor con crujiente de Dulce de Leche.
• 120 gr. de harina de trigo.
• 65 gr. de azúcar moreno.
• 60 gr. de mantequilla.
• 45 gr. de maizena.
• 90 ml. de leche.
• 1 cucharadita de zumo limón.
• 1/2 cucharadita de levadura.
• 1/2 cucharadita de bicarbonato.
• 1 cucharadita de extracto de vainilla.

Disculpad la calidad de las fotos, están hechas con el móvil porque la cámara está en busca y captura.

Importante tener todos los ingredientes a temperatura ambiente.

Lo primerísimo que vamos a hacer es colocar las cápsulas en el molde (las de cupcakes sirven, aunque yo usé las que venden en el todo a cien que son un poco más grandes).

A continuación mezclaremos la leche con el limón y lo dejaremos reposar mientras elaboramos la masa. 

Encendemos el horno para precalentarlo a 180º. 

Tamizamos la harina, la levadura y el bicarbonato en un bol y lo mezclamos. 

¡Ojo! Estuve investigando acerca de la elaboración de los muffins, y se recomienda NO usar las barillas eléctricas, porque mezclaremos en exceso.
Es mejor usar unas barillas manuales, o una lengua de silicona para mezclar los ingredientes, aunque sea un poco más engorroso, el resultado se nota en el bizcocho.

Por otra parte, en otro bol, ponemos la mantequilla blandita, añadimos el azúcar y removemos, después agregamos el huevo y batimos. 
Es momento de poner la leche, ya cortada por la acción del limón y la cucharadita de esencia de vainilla, tras añadir estos ingredientes batiremos hasta que no se note apenas el azúcar. 

Incorporaremos a esta mezcla, la mitad de la mezcla de harina, mezclaremos y añadiremos el resto de la harina para volver a mezclar hasta que quede homogéneo y sin grumos.


Ahora añadiremos los trocitos de chocolate que habremos picado previamente y mezclaremos con la espatula. 


Vertemos la masa en las cápsulas y metemos los muffins en el horno durante 20 minutos o hasta que los pinchéis y el palito salga limpio.

Cuando los saquéis del horno recordad, hay que dejarlos reposar en el molde unos 5 minutos y luego dejarlos reposar sobre una rejilla.

Están muy buenos templaditos, porque el chocolate está aún medio derretido y le da mucha jugosidad, aparte de que el crujiente de dulce de leche le da ese toque crunchy que los hace diferentes, eso si, pasadas las horas también están buenos eh!
La próxima vez probaré a poner trocitos de chocolate con leche Nestle. Me fijé que también han sacado una tableta con una capa de dulce de leche, ya contaré la experiencia. 

Como siempre digo, espero que os animéis a preparar la receta y sobretodo, que os guste.
¡Un beso!

¡Volveré!

¡Hola!
Se me hace raro volver a escribir en el blog de nuevo, y más si no vengo con receta como pasa hoy. 
Llevo un tiempo con el blog parado porque entre unas cosas y otras, no hay manera de encerrarse en la cocina y ponerse a la faena, es por ello que no he estado actualizando, sin embargo he estado pensando en un montón de recetas que podría y voy a hacer en cuanto pueda. 

De cualquier manera, voy a intentar subir alguna receta esporádica durante estas semanas, para luego poder volver a dedicarme plenamente al blog. 

Os agradezco a los seguidores que no me habéis abandonado tras mi súbita desaparición, pero como dijo el rey "Lo siento, no volverá a ocurrir". 

Espero que estéis pasando unas vacaciones estupendas, y a los que estéis trabajando ¡Ánimo! Hoy en día trabajar es un privilegio (aunque en pleno verano y rozando los cuarenta grados, os parezca terrible).

Nos leemos pronto. 

¡Un beso a todos y todas!

Mini Cheese Cakes

¡Hola!

¿Como va el verano? Aparte de caluroso, pegajoso y con temperaturas que hacen casi imposible montar un buen buttercream, va bien ¿no?
Y es que si hay algo que he aprendido siendo novata en este mundo de la repostería, es que el clima influye bastante a la hora de hacer nuestros postres ¡como si controlar el horno no fuera suficiente! y hablando de nuestro mejor amigo, hay que ver la pereza que da encenderlo en esta época del año. Aunque cuando hace calor, todo da pereza. 
Si por mi fuera no habría hecho esta receta, pero la gula ¡maldita gula! me llevó a ponerme el delantal y meterme en la sauna en la que se convierte la cocina.

Y todo por culpa de un libro de cocina y su perfecta foto de una Cheese cake al estilo NY, con su mermelada de arándanos, su base de galleta y esa crema de queso... El conjunto en general tenía una pinta que fue todo lo que necesité para ponerme manos a la obra, sin embargo no quería hacer toda una tarta, así que pensé ¿Qué puede ser mejor que una cheese cake? Y la respuesta fue inmediata: ¡mini Cheese Cakes!
Y es que no hay nada mejor que hacer versiones mini de las tartas de siempre, quedan tan cucas y pequeñitas. Son como tartitas de juguete.

Galletas "Cookie dough"

¡Holaaaa!

Hoy traigo una receta que me ha sorprendido gratamente. Nunca había probado la masa de galletas, es decir, he hecho galletas antes pero nunca he sido de rebañar el bol de la masa. El caso es que buscando información, me he enterado de que la masa de galletas se ha vuelto tan famosa que se ha convertido en un postre en si. 
Hay de todo tipo, pero a mi siguen pirrandome las galletas con chips de chocolate horneadas, y por muy tentadora que resultara la receta de bolitas Cookie Dough de Alma, quería asegurarme antes de experimentar y por suerte me encontré con esta MAGNIFICA receta de Lidia, propietaria de "Salado no, ¡Gracias!", ella se basó en la receta de Alma y yo me he basado en su receta. 
Era justo lo que buscaba, aunque el proceso es un poco largo, os aseguro que valen la pena, están deliciosas (y no habla solo la glotona de mi interior).

Merienda a lo British: Scones básicos.

¡Hello!
How are you guys? Hoy padezco una "englishcitis" aguda, y diréis ¿why? (jajaj, ya paro) Pues porque me he animado a preparar los famosos Scones y al primer bocado me he preguntado "¿Dónde habéis estado toda mi vida?" Pues en el Reino Unido, me ha contestado una vocecita en mi cabeza. 
Y es que para quién no lo sepa, los Scones son unos panecillos individuales, generalmente dulces, muy comunes en los desayunos y meriendas de Reino Unido, aunque su origen proviene de Escocia, donde son uno de los alimentos fundamentales del High Tea (merienda-cena).

Pues bien, hace un mes encontré la receta base de estos bollitos y digo base porque a la masa se le pueden añadir ingredientes como pasas, dátiles, arándanos, etcétera... 
El caso es que hoy me he reencontrado con la receta cara a cara, tenía todos los ingredientes en la despensa y me he puesto a ello. 

Lo mejor de todo es que es una receta muy fácil, ideal para los que estamos empezando con la bollería. 

Cupcakes de Lima-Limón.

¡¡Hola!!
¿A vosotros no os pasa eso de relacionar olores con momentos? Por ejemplo... el aroma de un perfume que te evoca a una persona determinada; el olor de un dulce que te transporta de nuevo a tu infancia; ir por la calle, oler algo y que te vengan a la mente todo tipo de recuerdos... Pues a mi también me pasa, y uno de esos aromas "evocadores" me ha inspirado para hacer la receta de hoy. 

Oreo's Milkshake

¡Hola!

Sinceramente, la receta de esta semana me ha llevado de cabeza.
En un principio quería hacer una mousse de fresas, pero en el día que me dije "hoy la hago" las fresas habían desaparecido de todo tipo de almacén alimentario. Sin embargo, como habían muchas cerezas, decidí usar el fruto de temporada, en este punto debo decir que el resultado fue un fracaso absoluto que no estaba dispuesta a publicar en el blog, así que finalmente, el jueves merendando, me fijé en el paquete de Oreo que estaba zanpandome y me dije "¿por qué no?" y he aquí, más fácil, fresquito y goloso, imposible:

Brownies express con batido de dulce de leche.

¡Hola!

Ya han llegado los días eternos, los días de calor, de piscina o de playa, días en los que solo nos apetece estar tumbadas tomando el fresquito y haciendo lo menos posible en nuestros ratos libres.
Pues eso es lo que traigo hoy (solo apta para aquellas y aquellos que se hayan rendido con la operación bikini) una receta para hacer lo menos posible sin que ello conlleve a quedarnos sin una merendola deliciosa acompañada de algo fresquito, que con estas temperaturas entra de fábula.

Bizcocho en microondas y Cake Pops.

¡Hola!
Vaya, siento como si llevara sin hacer un post siglos, pero he tenido un par de semanas intensas que me han mantenido alejada de la cocina ¡y eso no puede ser!
Pero por fin tengo un hueco, y aunque vengo con una receta muy machacada y básica, introduzco algo novedoso y muy práctico para aquellas personas que no tienen horno (o no pueden hacer tanto uso de él como les gustaría... ejem, ejem).

El caso es que después de un tiempo sin preparar nada, me animé a hacer unos Cake Pops o como los queráis llamar: bizco bolas, cake balls, pop bites, etcétera... 
Si algún despistaillo no sabe de lo que estoy hablando, le diré que los Cake pops son bolitas hechas a mano con restos de bizcocho mezclado con alguna crema: buttercream, nutella, mascarpone, nocilla, leche condensada, etcétera... Que se  bañan en chocolate o Candy Melts (una especie de chocolate con una amplia variedad de colores) y se pueden decorar de muchas maneras.

Pero bueno, regresando al lío, aunque andaba justita de ingredientes quería cocinar fuera como fuera,  lo mejor de todo es que logré encontrar una receta de bizcocho de yogur muy básica que se hace en un momento en el micro, y no, no es de estos que se ponen como rocas en dos minutos, ni tiene consistencia chiclosa. 
Este se mantiene blandito y jugoso y la receta la encontré en Las Recetas de mis Amigas.

El resultado no fue extremadamente espectacular, me lié con el chocolate blanco, luego tuve problemas para dar con el color de bizcocho que quería... 
Pero estaban muy buenos y fue con eso con lo que me quedé.
La receta es la del blog que he mencionado antes, pero modificada para lo que quería hacer.

Receta de bizcocho de yogur (al microondas)

• 1 yogur natural.
• 2 medidas del vaso de yogur de harina.
• 1 medida del vaso de yogur de aceite de girasol.
• 1 y 1/2 medida del vaso de yogur de azúcar.
• Una pizca de azúcar avainillado.
• 3 huevos.
• 1 sobre de levadura Royal.

En un bol ponemos los huevos, el azúcar, el aceite y el yogur. Lo mezclamos bien y añadimos poco a poco la harina tamizada junto a la levadura. En el caso de que queráis añadir algún colorante alimentario, este es el momento. Yo usé el Poppy Red en gel de Sugarflair. 

Cuando esté todo bien mezclado lo dejamos reposar el tiempo que nos lleve untar de mantequilla un molde apto para microondas, ya sea de cristal o silicona. 

Vertemos la mezcla en el molde y la llevamos al microondas. Los primeros 5 minutos programaremos el micro a 600w, así no se nos desbordará ni subirá demasiado, luego lo ponemos otros 5 minutos, pero esta vez a 800w.

Cuando el tiempo de cocción haya pasado, pinchamos el centro del bizcocho con un palito para ver si está hecho del todo, si no lo está, lo ponemos un minuto más al micro. 

A continuación dejamos reposar y enfriar el bizcocho un rato para poder trabajar en el. 

Como veréis no lleva mucho tiempo de preparación, puesto que sumando el tiempo gastado en preparar la masa más la cocción, no nos saldrán mucho más de veinte minutos. 

Cuando ya no queme, empezamos el ritual cake-popero: Troceamos y desmigamos bien el bizcocho, yo que estaba algo perezosa, utilicé un picador eléctrico y la verdad que el resultado fue el mismo que haciéndolo a mano pero en la mitad de tiempo. 

Una vez esté bien desecho, le añadimos la crema que nos apetezca. En mi caso, puse leche condensada, otra propuesta exquisita es la Nutella. Nunca falla. Eso si, al ser chocolate más vale que la uséis cuando no hayáis puesto colorante en el bizcocho. 

Os dejo un video que explica muy bien el proceso siguiente, porque si tengo que explicarlo todo, la entrada podría ser bíblica.

Personalmente los bañé en chocolate blanco, pero para la próxima quiero usar candy melts, he leído que el manejo es más fácil, a ver cómo quedan porque de seis que hice, dos se suicidaron y claro, tuve que hacer el esfuerzo de comérmelos... jajajj

Como siempre digo, espero que os guste la receta, y aunque la de hoy no ha sido una de las entradas que más me he trabajado, espero que lo disculpéis y vendrán más y mejores.

¡Un beso!

¡Mil gracias!

Cuando empecé el blog lo hice sin ninguna expectativa, sinceramente. Lo único que quería  compartir era uno de mis hobbies, y el de otros muchos: la repostería. 
No esperaba nada más que poner mis experiencias en la red, y de repente esta semana me han dado dos premios, que aunque sean simbólicos, son una gran motivación para seguir con lo que te gusta y además sirven para dar a conocer tu blog y el de muchos otros principiantes que hacen maravillas y están a la sombra de los grandes. 

Así que mil gracias a las dos chicas que me los han dado: Miriam de La Gormanderia y Sofía  de Creaciones Resposteras. 
Me hizo muchísima ilusión recibirlos, de verdad, fue una gran alegría.
Gracias de nuevo por contar conmigo.

Cupcakes de vainilla extra-esponjosos con buttercream de mermelada.

¡Hola!
Hoy me encuentro especialmente contenta porque ayer Miriam, del blog La Gormanderia, me comunicó que me había nominado para recibir un premio ¡mi primer premio!
Me hizo mucha ilusión que aun siendo un blog tan nuevo alguien pensara en el y me nominara.
Me hizo tanta ilusión que me recorrí la casa proclamandolo a los cuatro vientos, así soy.
De cualquier modo, mañana le dedicaré una entrada exclusivamente al premio, ya que tengo que nominar a trece blogs y tengo que buscar bien.

Por otra parte, también estoy contenta porque ayer ¡pude utilizar el horno! y no os extrañéis si lo digo con tanto énfasis, lo que pasa es que en mi casa el horno está restringido a un número limitado de usos al mes (por todo esto de que los de Iberdrola nos la clavan por todos los lados en cuanto te pasas un poquito con la luz)
Entonces cuando finalmente me dieron luz verde, lo preparé todo para hacer unos cupcakes: Mi segundo intento de cupcakes al horno (el primero terminó siendo un completo desastre) y mi primer intento haciendo una buttercream.

Estaba algo empachada ya de chocolate, puesto que en mis recetas abunda, así que haciendo caso a mi madre preparé unos de fresa, concretamente unos cupcakes de vainilla con buttercream de mermelada de fresa.
No estaba muy segura de que el buttercream llegara a gustarme, pero contra todo pronóstico, me convenció. 

Aquí podéis apreciar el resultado.

Mini cakes de galletas con chocolate.

¡Hola!
Antes de la receta, tengo una cosa que decir y es que, aunque en un principio el blog iba a estar dedicado a distintas ramas, ya fuesen libros, películas, etcétera... He decidido dedicarlo exclusivamente a la cocina. 
La decisión la he tomado porque me parecía una opción mejor que estar escribiendo reviews o dando mi opinión intentando no hacer algún spoiler (algo que me pasa a menudo).
Por lo que desde hoy, el blog pasa a llamarse "Dulces para novatos", porque al fin y al cabo yo soy una súper novata en el ámbito de la repostería y quiero compartir la experiencia con todo aquel o aquella que me lea.

Y ahora así, directos al tema en cuestión. 
Para la receta de hoy no estaba muy segura de lo que preparar, quería algo fácil, rápido y con chocolate, porque a parte de que me encanta, me apetecía un montón. 
Así pues, pensando y dándole vueltas me acordé de una tarta. 
Una tarta que apuesto que ha acompañado a muchos de nosotros en nuestra infancia, y que ingeríamos en cantidades industriales en los cumpleaños de nuestros amiguitos. 
Sí, hablo de la típica tarta de galletas con chocolate, que después cada madre modificaba a su manera añadiendo natillas, nata, o lo que encontrara por los armarios.
Pero decidí que si iba a hacer una tarta tan clásica, y sobretodo, tan repetida en blogs de cocina, debía cambiar algo, hacer un remake, algo más adaptado a una época en la que prácticamente reinan los cupcakes. 
Y tras una intensa tarde de experimentar, este fue el resultado que obtuve:

Cookies de chocolate (¡para microondas!)

¡Hola!
Han pasado unas semanas desde la última vez que publiqué, pero es que me ha llevado un tiempo encontrar exactamente lo que quería. 
Explico: Una tarde estaba yo leyendo este blog (que absolutamente recomiendo) y encontré el comentario de una usuaria que decía que le gustaría una receta de galletas que no necesitaran horno y claro, yo como andaba escasa de ideas, pues se me encendió la bombillita y me dije: ¡Acepto el reto!
Pero a qué hora se me ocurrió aceptar el desafío y es que ¡no es para menos! porque hay que ver la cantidad de recetas de cookies para microondas que circulan por internet. 
Una barbaridad, ya os lo aseguro yo.

Durante el trabajo de investigación, encontré muchas que no terminaban de convencerme,  y con las cantidades que se usaban me daba la sensación de que iban a terminar quedando como piedras, y efectivamente, la sensación se disipó y requeteconfirmó cuando probé una de las recetas.
Sin embargo seguí leyendo y probando, hasta que finalmente encontré una que me pareció factible. 
Al ponerme a ello me decepcioné un poco porque el resultado de las galletas fue como el de muchas otras: quedaron duras, sin apenas sabor... Vamos, un desastre. 
Pero no iba a dejar que una simple lista de ingredientes terminara conmigo, así que me puse manos a la obra, y retocando un poco de allí, otro poco de allá... ¡conseguí unas galletas al micro decentes! y lo más importante de todo:
¡Podían morderse sin peligro a romperse los dientes!

De tostadas va la cosa.

Vuelvo con dos recetas donde el ingrediente fundamental es el pan de molde, ¿para qué? preguntaréis, pues porque las recetas son de tostadas. 
¡Qué original! Diréis con ironía, yo misma sé que no es una innovación en toda regla, pero son dos maneras de preparar tostadas que he aprendido hace poco, y me apetecía compartirlas. 
Las tostadas son un elemento fundamental para cualquier desayuno, pero también pueden ser un delicioso postre/merienda e incluso pueden ser plato secundario en nuestros menús principales.

La primera receta que traigo es dulce, y se trata de la tostada francesa. 
La tostada francesa, suele elaborarse con pan de molde que ya tiene varios días por ello los franceses lo llaman también: "pain perdu".
Seguro que os suena lo de que ya tiene varios días, porque aquí en España también tenemos una receta para eso, las torrijas. Y es que las tostadas francesas son solo eso, torrijas, hechas principalmente, con pan de molde, eso si. También hay otra cosa que diferencia nuestra manera de preparar torrijas con la suya, nosotros dividimos los ingredientes en platos y vamos rebozando el pan, luego las freímos en abundante aceite; pero ellos no lo hacen así: mezclan todos los ingredientes en un mismo bol, rebozan el pan y listo. Además ellos las hacen a la plancha, con un poco de mantequilla.

El primo del cupcake.

La receta de hoy tenía muchas ganas de publicarla porque, además de suponer mi segunda experiencia con cupcakes (la primera fue un horror desastroso que prefiero no recordar), es una receta muy sencilla, que está muy rica y además ¡es rapidísima!
Y es que quizás la preparación nos tome unos diez minutos (como máximo), pero una vez hecha la masa, la cocción consta de un minuto ¡UN MINUTO!
Señores, señoras, traigo una de las recetas del pecado original: El cupcoulant. Con la que por cierto, voy a presentarme al sorteo de Recelandia.

Hace un tiempo, un año diría yo, apareció por Internet una receta llamada "Bizcocho en cinco minutos para microondas", sobra decir que aquí la señora, tras leer tal milagro, fue directa a la cocina para meterse en faena. El bizcocho que nos asomaba por la taza que había que usar como molde no estaba mal, pero para mi gusto quedaba seco y no estaba muy sabroso. 
Mis ilusiones se desvanecieron y decidí guardarla en el cajón de los olvidos. 
Y así hice hasta hace un par meses, en los que me entró una obsesión enfermiza por probar una receta llamada "Coulant de chocolate" y me puse a ver vídeos como una loca, pero claro, todos incluían horno y en mi casa el horno está restringido (Si, señores de Iberdrola, por su culpa no puedo derrochar cantidades ingentes de harina). Así que me entró el bajón de nuevo, pero una noche, me acordé del bizcocho del microondas y pensé "¿Qué pasaría si le añadiera trocitos de chocolate, o mejor, tabletitas de chocolate?"

Películas chorras o con otras anomalías.

Los fines de semana de este mes, los he dedicado en gran parte a realizar uno de mis hobbies preferidos: Ver películas. 

No sé exactamente el número de ellas que he visto, porque mis maratones suelen ser interminables e ininterrumpidas. De cualquier modo, en este mes he visto películas malas, malas, o por otra parte, películas aburridísimas.
¿Y qué hago? Pues les dedico una entrada.
Y lo hago con un top five, porque siempre he tenido la ilusión de hacerlo.
(los trailers de las películas se pueden ver clickando los enlaces)

Pastelitos de manzana.

Soy mujer de poca fe  por lo que la primera vez que vi esta receta, dudé de ella y de su sabor. El titulo decía "Pastel de manzana" pero no vi el hojaldre por ningún lado y la crema tampoco, vamos, los ingredientes fundamentales por los que se conoce esta tarta.
Pues efectivamente, esto no es la receta para una tarta original de las buenas buenas, yo diría que es más bien una versión para llevar, la versión pastelito (de ahí el titulo). En ese momento decliné cualquier opción de hacerla, porque no había ganas y pensaba que sabría a rayos.
Pero una tarde de estas que dices "ay, quiero merendar algo pero no sé el qué" y vas a la nevera cuarenta veces, miras su contenido, la cierras sin coger nada, y a continuación repites el mismo procedimiento con la despensa. Pues en una de esas tardes justamente y en uno de mis viajes a la cocina, vi en el frutero una manzana, me acordé de esta receta y la gula me hizo decir... ¿Why not?
Así que esta es mi adaptación de la receta, es para una manzana, puesto que en la original se usan cuatro lo cual me pareció demasiado, sobretodo si es la primera vez que la pruebas. La cuestión es no derrochar. De cualquier modo dejo el link aquí de la receta en la que me basé.
Aviso que esta receta es para los fans de las manzanas, y de las torrijas, ahí lo dejo.

Nunca me abandones.

Pocas han sido las veces en las que he visto una película antes de leerme el libro en el que está basada, pero este es el caso que hoy ocupo. 
Corría el día de Sant Jordi de hace un par de años y yo estaba en el Fnac dispuesta a hacerme un auto-regalo, ojeando por las estanterías, encontré un libro llamado "Nunca me abandones" del autor Kazuo Ishiguro, después de leer la sinopsis me pareció una opción bastante interesante pero mi devoción por las obras de Jane Austen terminó por hacerme abandonar el libro sobre una sección llena de libros de Sherlock Holmes.
Un año o así después, desarrollé una sana obsesión por el actor Andrew Garfield y casualmente, entre su filmografía, figuraba el título del libro que abandoné en su día.

 Dado que por esa época me había propuesto ver todas y cada una de sus películas, una noche de pleno aburrimiento me la puse para ver qué tal y estaba, y qué gran decisión (con gran llorera post-film incluida)

Debo reconocer que si no sabes de qué va la trama, hasta mitad de película no te enteras muy bien de las cosas a las que se refieren, ni el por qué de sus actitudes, pero una vez se descubre el pastel y a medida que se acercan inevitablemente a un destino del que no pueden escapar, te encuentras sin darte cuenta metido hasta las trancas en la trama.

Como la historia de la película me impactó y se me hizo bastante corta, quise saber más y me decidí a leer el libro. 
Pondría mi propia sinopsis pero como tengo un grave caso de spoilitis aguda pues casi que para ahorrar desvelar cosas, copio y pego. 

A primera vista, los jóvenes que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier grupo de adolescentes. Practican deportes, tienen clases de arte y descubren el sexo, el amor y los juegos del poder. Hailsham es una mezcla de internado victoriano y de colegio para hijos de hippies de los años sesenta donde no dejan de repetirles que son muy especiales, que tienen una misión en el futuro, y se preocupan por su salud. Los jóvenes también saben que son estériles y que nunca tendrán hijos, de la misma manera que no tienen padres. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham, y también fueron un juvenil triángulo amoroso. Y ahora, Kathy se permite recordar Hailsham y cómo ella y sus amigos descubrieron poco a poco la verdad. Y el lector de esta novela, utopía gótica, irá descubriendo con Kathy que Hailsham es una representación donde los jóvenes actores no saben que sólo son el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.

No me equivocaba al pensar que el libro sería mucho mejor que la película. Este es uno de los libros que deja huella, que te deja pensativo. Me caló hondo, sobretodo en el aspecto de las relaciones personales. Es uno de esos libros que te mantiene con una sensación de desasosiego constante, puesto que la protagonista Kathy H, revela en las primeras páginas el futuro que espera a los niños que protagonizan el libro. 

Hay que tener cuidado porque engancha desde la primera página y nos mantiene pegados al destino de estos jóvenes, que tienen una leve esperanza de que por una vez, las reglas puedan cambiarse.
En mi opinión, es una de las novelas (de matices distópicos) más bonitas y a su vez inquietantes que haya podido leer. Me impresionó la manera en que los personajes, pese a ser conscientes de la injusticia del sentido de su creación, aceptan  su condición. Sin duda un descubrimiento que os dejará dándole vueltas al final una vez lo terminéis. 

Las tortitas definitivas.

Si hay algo por lo que deliro y que me lleva totalmente por el camino de la dulzura, son los postres, y por ello quería darles el privilegio de protagonizar el "primero" de los posts (nótense las comillas, ya que no es realmente el primero, contando la introducción claro).

Pues bien, hoy vamos a aprender a hacer tortitas, o pancakes, o hotcakes (aunque para ser sinceros no sé si existe diferencia entre ellas, y si la hay, ni idea de cuál es).
Ya sé, que esta no es la receta más complicada del mundo y también sé que existen tropecientas mil recetas en internet, de las cuales habré probado al menos, la mitad, dado que las tortitas me han acompañado (y empachado) desde que tengo uso de razón gracias a mi progenitora. 

Como decía, entre esa multitud de variantes nunca llegué a encontrar, ni conseguir, que las tortitas me quedaran como las que salen en las películas americanas. Si, esas doraditas, gorditas, de aspecto esponjoso y blandito, que absorben los siropes, mermeladas, chocolates, o potingues varios para aderezar y que por las caras de los actores debían de estar de puro vicio (aunque ya sé que los actores actúan, yo me imagino que lo piensan).
La búsqueda fue larga y costosa, pero al fin la encontré, corrijo, encontré varias convincentes que combiné y adapté, y esta es la receta (¡con fotos y todo!)

Desde cero.

Lo primero de todo, presentarme. Me llamo Sarai y este mi primerísimo blog. Siempre, pero desde siempre, he querido tener uno, pero cuando me ponía a ello, tal era la frustración que me entraba por no saber de qué hacerlo que directamente, pasaba a otra cosa. 
Pero, después de un sinfín de intentos e ideas, me dije: ¿Por qué dedicar un blog a una cosa cuando hay tantas en el mundo?
Y he aquí el resultado, un popurrí-mezclaillo de todo aquello que hace del mundo un lugar un poco más feliz, todo ello bajo mi punto de vista ya que soy la que escribe el blog, evidentemente.
En fin, dado que este es el post número cero, no me explayo más y sin más dilación me adentro en el mundo blogger (toda modernilla yo, oiga).